domingo, 14 de abril de 2013

Sí se puede, pero cuesta: campañas para la transformación social


Post escrito por Marta Pulgar @martapulgar


Sí se puede, pero cuesta. Aunque aún queda mucho por hacer, el día que se aprobó el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas en Naciones Unidas mucha gente, de muchas organizaciones vinculadas a la plataforma-red-campaña Armas bajo control, celebró el resultado de diez años de trabajo. En tiempos de inmediatez, no está de más recordarlo. Diez años de trabajo. 

En España, de hecho, muchos más, ya que las ONG que se engancharon a la campaña internacional llevaban trabajando por la transparencia del comercio de armas español desde 1994. IO publicó hace algunos años Historia de un cambio posible, que recogía los aprendizajes de esta campaña internacional de incidencia política y que Jorge Castañeda recogía en su blog.   

¿Un buen ejemplo para las ONG de desarrollo? Después de más de 60 años de cooperación internacional, sabemos que el mundo no ha mejorado sustancialmente. Aún y la buena voluntad de entidades y personas, conocemos el impacto negativo de la anticooperación: las interferencias y contribuciones negativas que recibe el Sur (global) desde el Norte (global), es mayor que el impacto positivo de la cooperación.
                                                   
En el contexto actual, las ONG-D vivimos una catarsis. Tenemos la oportunidad única de hacer partícipe a la sociedad de nuestro mensaje de desarrollo global. Cómo dice María Sande, las ONG también somos el 99%. Hoy, más que nunca, nuestro trabajo puede ser útil para extender los valores de justicia y solidaridad. Tenemos la oportunidad de ser coherentes, de superar las lamentaciones por las pérdidas de subvenciones y donaciones. De dejar de gastar esfuerzos en campañas de captación que promueven la caridad y limpian conciencias, pero perpetúan las desigualdades. Tenemos la oportunidad de luchar de la mano de los movimientos sociales. De poner nuestro esfuerzo en denunciar los mecanismos de la anticooperación y trabajar por una transformación social real y global. Y para hacerlo solo nos cabe trabajar aún más en el Norte. Hacer campañas. Abrir procesos de incidencia política. Tejer red. Y apoyarnos mucho mutuamente. 

Disponemos de varias herramientas para hacer campañas para la transformación social: podemos usar la investigación, el lobby, la movilización social, la sensibilización, la comunicación tradicional, la comunicación digital y las nuevas tecnologías. Pero para decidir qué “mix” de herramientas necesitaremos utilizar tendremos que haber investigado y planificado previamente. 

¿Por dónde empezamos? Por marcar qué queremos conseguir y para qué, identificando y definiendo muy bien el problema a abordar, y la alternativa que proponemos. 

También tenemos que definir con quién y para quién, es decir con qué actores se trabajará (aliados y no marcas), y a quiénes se dirigirá nuestro mensaje (público de incidencia, de apoyo, de sensibilización…). 

Una vez sepamos nuestro objetivo, público, aliados y el mensaje o mensajes a transmitir, tendremos que definir una estrategia a partir de la combinación de las herramientas a nuestro alcance.
Para implementar la campaña necesitaremos diseñar un plan de acción que contemple actores, herramientas, cronograma, presupuesto y recursos necesarios. En éste se definirán el dónde, el cómo, el cuándo y el quién para las diferentes fases. 

Tampoco podremos olvidar hacer una previsión de cómo gestionaríamos posibles riesgos, así como el monitorizar y valorar el desarrollo de la campaña para ir revisando la estrategia y adecuándola a la realidad. 
Por último, pero no menos importante, no podemos olvidar nunca, los principios fundamentales de la comunicación para el cambio social, en nuestro sector: 
No te olvides de las causas
Para captar no todo vale
Piensa en la imagen
Ayuda a reflexionar
Acaba con la pornografía de la pobreza (por favor).
Podrás encontrar más pistas sobre cómo planificar una campaña para la transformación social en esta presentación: