La pluralidad de libros e idearios en Educación para la Ciudadanía es manifiesta, y encontrar argumentos criticables entre lo publicado, además de legítimo, puede ser útil y razonable. Como escribe el filósofo José Antonio Marina, la Educación para la Ciudadanía “puede utilizarse como medio de adoctrinamiento, pero también puede hacerse esto con la historia -de hecho se está haciendo- y a nadie se le ocurre por ello quitar la asignatura”.
Lo más alarmante es que no se den consensos mínimos ni en temas que deberían merecer alguna aproximación. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) ha protestado en un documento porque en la asignatura Educación para la Ciudadanía hay manuales que “critican” el mundo occidental y la globalización, entre otras muchas cuestiones. ¿Acaso estas dos realidades son incontestables? ¿Es una muestra de “pensamiento antiliberal” afirmar que “la falta de herramientas de redistribución de la riqueza puede tener como consecuencia la multiplicación de la pobreza y la desigualdad?”¿Se puede denunciar en esta asignatura las reglas comerciales actuales por injustas? ¿Y enseñar que la desigualdad crece en el Mundo? ¿Oponer el hambre de mil millones de personas a la obesidad creciente en países del Norte? ¿Defender un concepto de paz más profundo que incluya el bienestar y la justicia?
Que en capas tan influyentes de la sociedad se niegue la existencia de factores estructurales de la pobreza debería provocar estupor, y sin embargo, este negacionismo más o menos implícito es a menudo ignorado o torpemente abordado por muchas organizaciones sociales.
Lo más alarmante es que no se den consensos mínimos ni en temas que deberían merecer alguna aproximación. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) ha protestado en un documento porque en la asignatura Educación para la Ciudadanía hay manuales que “critican” el mundo occidental y la globalización, entre otras muchas cuestiones. ¿Acaso estas dos realidades son incontestables? ¿Es una muestra de “pensamiento antiliberal” afirmar que “la falta de herramientas de redistribución de la riqueza puede tener como consecuencia la multiplicación de la pobreza y la desigualdad?”¿Se puede denunciar en esta asignatura las reglas comerciales actuales por injustas? ¿Y enseñar que la desigualdad crece en el Mundo? ¿Oponer el hambre de mil millones de personas a la obesidad creciente en países del Norte? ¿Defender un concepto de paz más profundo que incluya el bienestar y la justicia?
Que en capas tan influyentes de la sociedad se niegue la existencia de factores estructurales de la pobreza debería provocar estupor, y sin embargo, este negacionismo más o menos implícito es a menudo ignorado o torpemente abordado por muchas organizaciones sociales.
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