martes, 17 de marzo de 2009

¿Publicidad social?

Un nuevo episodio en la pugna entre la comunicación pública (desde intereses colectivos, desde la coordinación y la cooperación...) y la comunicación comercial (desde intereses privados, desde la competencia...). Los equipos deportivos, las ligas, todo tiene ya su etiqueta comercial, su marca que patrocina y que más allá de apoyar, fagocita identidades (Liga BBVA, DKV Joventut...).

¿Beacon es un famoso pintor? No, es el programa de publicidad de Facebook que nos identifica, uno por uno. Poco podían tardar las marcas en descubrir el potencial de espacios de encuentro como Facebook: “anuncios sociales” personalizados y recomendaciones que te llegan de tus propios “amigos”, usuarios que tienen “marcas comerciales” como amigos...

El primer intento se paró desde Move on pero el debate que se generó entra en la lógica de la publicidad por internet: utilizar la interacción con los públicos en blogs y otros espacios para profundizar al máximo en sus opiniones, en sus conductas, en sus tendencias...

La denominación de "anuncios sociales" es cuando menos confusa. Y la estrategia publicitaria adoptada por Facebook, puede repercutir muy negativamente en la buena reputación que había logrado entre sus públicos. Una vez más, el enfoque "económico" de un espacio puede invalidar su potencial como plataforma de acción social para poner en común a activistas de todo el mundo que pretenden desarrollar acciones concretas y compartir informaciones, o simplemente poner en contacto a personas con los mismos intereses...

Es importante que, desde todos los niveles y contextos de la educación, trabajemos en la formación de la capacidad crítica frente a todo tipo de medios, para que todos seamos capaces de poner límites a la publicidad, o diferenciar entre la recomendación sincera de alguien en quien confiamos, y la mediación interesada de otros actores.

¿Qué mejor que los ciudadanos que forman parte de redes sociales para negarse a entrar en el juego y que aquellos "anuncios" que puedan vulnerar el sentido de estos espacios, sean ignorados? ¿O tal vez se podría reclamar formar parte del proceso de decisión del tipo de inclusión que se quiere dar a la publicidad en estas redes, si es que se quiere? Y siempre queda el recurso de denunciar a las empresas que compartan nuestra información...

Y no hay que olvidarlo: la verdadera red social, la comunidad, está fuera de las llamadas redes sociales. Las conversaciones, son otra cosa.

Montse Santolino y Eloísa Nos

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