La verdad está en las páginas salmón y el “renovado” suplemento económico de El País es sencillamente el mejor: discurso mediático neoliberal, ergo neocolonialista, en estado puro.
El tema central son los biocombustibles. Un artículo de opinión nos presenta a Abengoa Bioenergía como la “víctima de la conspiración contra el bioetanol” liderada por, a saber, los operadores petroleros y la industria de la alimentación que han hecho creer a los ecologistas y la ONU que la subida de los precios de los alimentos tenía algo que ver con los biocombustibles. ¡Qué gente! Hay otros responsables, sobre todo los países emergentes que no paran de aumentar su población y, además, adoptan hábitos de consumo occidentales. ¿Cómo se atreven? Cualquiera diría que les hemos estado machacando durante años con nuestra publicidad y nuestras costumbres.
Luego está Brasil, cuya bonanza económica se debe en parte a la exportación de soja transgénica para la fabricación de biocombustibles. Por lo visto los inversores extranjeros “entraron en pánico” (pobrecillos) en 2002 cuando vieron que Lula ganaba, porque creían que “inevitablemente seguiría el mal ejemplo del default argentino (suspensión del pago de la deuda)”, pero nada de eso. La reciente consecución del investment grade para sus emisiones en divisas está directamente ligada al reconocimiento de que Brasil tiene la capacidad y la voluntad de pagar su deuda”. Se acabó, por tanto, “el mito de la deuda eterna e impagable”. Mira qué bien, ya puede plegar el ODG, y además, y casualmente, este hecho “tiene una repercusión muy positiva para la Bolsa española”.
Como tiene a bien aclararnos el tremendo periodista antimitos, “pese al eco mediático que alcanzan otras experiencias políticas latinoamericanas -originales o simples retrocesos hacia el mundo de las utopías regresivas que entusiasman por igual a los sectores de la civilización judeo-cristiana y a los que militan en el indigenismo o la herencia africana-”, el futuro pasa por Brasil. Unas páginas después nos enteramos además de que el referéndum autonomista de Bolivia, como se sabe epicentro del indigenismo utópico regresivo, también está relacionado con los biocombustibles: la soja representa cerca del 10% del total de las exportaciones, y la mayoría proviene de Santa Cruz.
Afortunadamente, para compensar, entrevistan a Palaniappan Chidambaran, ministro de Finanzas Indias, que lo tiene claro: rechaza el uso de cultivos para biocombustibles, ha prohibido negociar contratos de futuros sobre varios alimentos, y se muestra partidario de la soberanía alimentaria. Respecto al aumento de la demanda de alimentos en su país, como causa de la crisis de precios global (tesis que como ya hemos visto sostienen el presidente de Abengoa Bioenergía, pero también Condoleeza Rice), se manifiesta de la única forma posible: ese argumento es despreciable, en muchos países el consumo energético y de calorías por habitante supera lo necesario, mientras en su país hay desnutrición. Tener más comida y energía es un derecho. El entrevistador, por su parte, no deja dudas de para quién pregunta, y de lo que piensan de los países “emergentes” (léase colonias aún no suficientemente explotadas): los inversores se quejan de que muchos recursos que deberían ir a mejorar las infraestructuras se pierden por la burocracia...
Y entre tanto periodismo de inversor se ha colado la mejor entrevista que he leído en meses. EP Negocios reproduce una entrevista de Der Spiegel al presidente de Adidas, a propósito de los Juegos Olímpicos: 70 millones de euros de patrocinio en un mercado de 6.000 millones de dólares y donde tienen 264 fábricas y 4000 tiendas.
Los periodistas alemanes, pregunta a pregunta, sin dar tregua, van desnudando la estrategia de Adidas en China hasta que no cabe la menor duda de que las marcas quieren “vínculos emocionales” con sus consumidores, pero esa “intensa” relación no pasa por saber si se vulneran o no sus derechos humanos. Pregunta-tipo: “Una democracia occidental es más agotadora para un gerente que una dictadura comunista?“. Brillante. Y de lectura fácil. Sin un solo término económico ininteligible. Auténtica información que, como he leído que decía un magnate británico, es algo que alguien quiere esconder, porque lo demás es propaganda.
Un comercial final: como ejemplo de Nuevo Periodismo Utópico Regresivo no dejéis de leer las entrevistas de La Magalla a Ivonne Yánez de Oilwatch (págs. 12-13) y a Serge Latouche (27-28).
Un post demasiado largo, I Know. Debía colgar lo que he escrito sobre el Forum Alternative Channel pero necesitaba exorcizarme de mi lectura dominical.
Y NO ES UN MITO: LA DEUDA ES ILEGÍTIMA, INMORAL, ETERNA E IMPAGABLE.
1 comentario:
Gracias por el analisis Montse, y por el recordatorio final.
Publicar un comentario