La foto es de Farah Nosh: una familia de Aitaroun, en el sur del Líbano, huye de los ataques aéreos israelís a Hizbulá, en agosto de 2006. Fue finalista al Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña de Médicos del Mundo. Entre las finalistas de este año también hay algunas sobre la infancia en el Libano.
Del Líbano y de Gaza, realidades paralelas, habla hoy Maruja Torres en El País y descarga toda su rabia razonada contra el humanitarismo cínico. “Me pregunto cuánta gente vive de practicar el oficio de recomponer la miseria de aquellos a quienes Israel priva de sus derechos”.
¿Cuántos ayudólogos, cuántos fotógrafos, cuántos periodistas viven de la barbarie? ¿Éramos testigos pero nos volvieron cómplices?
El reportaje de Jon Sistiaga sobre Gaza que Cuatro emitió el viernes pasado tomaba claramente partido, pero para ello mostraba descarnadamente los daños colaterales: primeros planos de niñas gritando de dolor, y planos medios que mostraban sus piernecitas quemadas. También se fue al zoo de Gaza. Si la cara de miedo de un niño mirando por una ventana, o un animal muerto después de un bombardeo son suficiente para mostrar el horror... ¿por qué hacen falta esas imágenes tan duras? ¿quién las necesita? ¿nosotros, la gente de Gaza o el rating?
Alberto Arce ha estado en Gaza durante todo el asedio y nos habla de otra forma de hacer periodismo, y de otros colaboradores imprescindibles para hacerlo...
Es de agradecer la inmensa y valerosa labor de los periodistas locales que, pese a ser víctimas ellos mismos, al ser atacados y asesinados, han conseguido que el mundo supiese lo que estaba sucediendo.
Un periodista de un gran medio español entró en Gaza una vez acabada la guerra y decidió dedicar su artículo a la represión interna de Hamas sobre Al Fatah en lugar de relatar la devastación y sufrimiento a la que el conjunto de la población se ha visto sometida. Toda una declaración de intenciones y principios éticos. Lo mismo que cuando decidieron dedicarle una noticia a que "Israel asegura que permitirá el paso de la ayuda humanitaria", cuando es evidente desde hace casi dos años que el comportamiento israelí es exactamente el contrario. ¿Qué tipo de información es esa?
... ni chalecos, ni cascos, ni hoteles. Día a día con la misma comida, realidad y experiencia que la población de Gaza, renunciando a la evacuación y sumándonos a la consigna de que todos los seres humanos valemos lo mismo, ya seamos palestinos o europeos. Ésa es nuestra visión del trabajo y la información.
Y por si hacen falta más pistas sobre el buen periodismo, el que informa pero educa, el que no viaja a los países sólo para los desastres, el que emociona pero para acercar culturas y personas, el que construye paz y desarrollo... las da Alma Guillermoprieto, una de las grandes del reporterismo que habla de los errores que cometemos los periodistas...
El sentimentalismo, la condescendencia, la pobretería. Vamos a reportear siempre a los pobres porque ellos no tienen abogados, no nos van a montar una demanda por lo que digamos de ellos. Insisto en que deberíamos reportear a los ricos con la misma obstinación, pero no lo hacemos porque los ricos tienen poder.
En América Latina la inmensa mayoría de la población es pobre, y yo por una simple cuestión de representatividad democrática le he dedicado treinta años a escribir sobre esa mayoría. La gente a la que yo he reporteado ha resultado siempre más mañosa, más capaz de sobrevivir, más llena de humor, más irreverente y más sagaz de lo que nosotros pensamos. No viven en la autocompasión, de manera que he intentado no escribir nunca buscando que mis lectores digan: "¡Ay, pobrecitos de los pobres!"
1 comentario:
Precisament,
pocs dies després un conegut periodista de la província barcelonina, conductor d’un programa nocturn de reflexió i debat, feia ressò del zoo desèrtic que havia aparegut al reportatge del Sistiaga. Curiosament, no va destacar res de l’enfocament donat a l’escena anterior però reflexionava sobre la dantesca, i a la vegada simbòlica, metàfora del zoo, elogiant així la sensibilitat i destresa del reporter. És un peix que es mossega la cua.
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