Hoy en la mañana mi lector de Feeds me dio una interesante noticia: Google saca su propia hemeroteca informativa. Allá me fui, rápido, a ver de qué se trataba este nuevo servicio de my dear Google, que parecía tan atractivo para los amantes de la Historia y los profesionales del periodismo. Pero… ¡sorpresa!
En rigor no debería sorprenderme. No es la primera vez, ni el único servicio que Google nos prohíbe a quienes habitamos en esta isla. Ay, my dear Google… ¿¡hasta cuándo!?
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