Terror y estupor

La portada de El País hoy me he llenado de estupor y, por suerte, también me ha indignado. Anuncia “El fin del terror” al mismo tiempo que una foto del cadáver ensangrentado de Gadafi ocupa gran parte de página. Que Gadafi era un dictador nadie lo puede negar a estas alturas, pero como afortunadamente la mayor parte de los seres humanos no somos de esa calaña, me pregunto si la dignidad en la muerte, ese último instante y hálito de nuestra efímera vida no debería ser respetada incluso para un indeseable y sanguinario como Gadafi. 

Qué nos diferencia de él cuando exhibimos como un trofeo de caza su cuerpo torturado y nos regodeamos en la desesperación de quien sabe que va a morir. ¿No debe un medio de comunicación reflexionar sobre el efecto que puede tener publicar esas imágenes, nada gratuitas, que, a pesar del titular de hoy, están invocando al terror, a continuar ejerciéndolo, sin cuestionarlo?. Sin cuestionar tampoco que la justicia se pueda ejercer al margen de la ley y, peor todavía, con la connivencia y apoyo de instituciones de las que formamos parte, como la OTAN. 

Me pregunto también dónde está el periodismo humano, donde está la humanidad del periodismo, que condena el terror pero no tiene reparo en propagarlo. Si esta es la función del periodista yo me borro. Conmigo que no cuenten. Sin más.