Telefónica y Repsol contratan publicidad en los periódicos, a todo color y página completa, para sus iniciativas solidarias. Utilizan las mismas imágenes y los mismos textos que las ONGD: niñas latinoamericanas en la escuela, camiones cargados de material y entregas en hospitales. Igual... pero mejor, con más medios.
Como recoge La Gaceta de los Negocios del 20 de enero, entre las empresas españolas existe malestar por la escasa “tasa de retorno” que genera nuestra solidaridad exterior. El hecho de que España sea el octavo país donante de la OCDE no genera suficiente negocio porque desde la administración se ha optado por un modelo en el que las empresas “apenas han tenido participación”. Resumiendo: que en los concursos internacionales de reconstrucción no están presentes, “hecho especialmente grave si tenemos en cuenta que mucha de la ayuda tiene por destino proyectos de obras públicas, telecomunicaciones, transporte, sectores en los que las empresas españolas son líderes a nivel mundial”.
Las empresas también reprochan al gobierno que no haya sabido aprovechar su condición de país “muy solidario” para vender la “marca España”, tanto en aquellos lugares donde aún no somos lo suficientemente conocidos, como en Latinoamérica, “donde nuestras empresas no pasan por el mejor momento”.
Ante el descrédito de las empresas españolas, sus responsables de comunicación, incapaces de pensar en otros términos que no sean los de “la marca” o “la tasa de retorno”, además de los argumentos de siempre (están generando riqueza y puestos de trabajo), disponen ahora de proyectos de carácter social para mejorar su imagen.
Ante el descrédito de las empresas españolas, sus responsables de comunicación, incapaces de pensar en otros términos que no sean los de “la marca” o “la tasa de retorno”, además de los argumentos de siempre (están generando riqueza y puestos de trabajo), disponen ahora de proyectos de carácter social para mejorar su imagen.
Muy ilustrativa resulta, en este sentido, la carta que el Grup 0’7 i més de Treballadors i Treballadores de Telefónica ha dirigido a sus directivos, a propósito de sus programas solidarios.
Las grandes empresas son expertas en apropiarse de cualquier discurso para ponerlo al servicio de su cuenta de resultados. Por el camino lo vacían de contenido y lo desactivan, le arrancan su potencial social o cultural. Y como maestros que son en ese arte, no dudan en introducir en él a las ONG, de forma, eso sí, totalmente altruista. Miguel Romero, en el último número de WorldWatch-Hacia el Sur (pág. 16) explica como, al mismo tiempo que el Tribunal de los Pueblos condenaba en Managua las prácticas de Unión Fenosa, la empresa organizaba dos seminarios gratuitos para las ONG: "Habilidades de comunicación" y ‘Técnicas de negociación”.
Parece que no hace mucho tampoco más de 100 ONG participaron en el seminario de Microsoft "Tecnología y Comunicación en el Tercer Sector". La misma empresa cuyo nombre es sinónimo de monopolio pretendía mostrar a las organizaciones sociales “la importancia de la comunicación y enseñarles a establecer su propio sistema para transmitir informativamente todas sus acciones”.
¿Cuándo se van a dar cuenta las ONG que esa no es su carrera, de qué esa no debe ser “su comunicación”?
¿Cuándo se van a dar cuenta las ONG que esa no es su carrera, de qué esa no debe ser “su comunicación”?
1 comentario:
Una de las tareas de los responsables de comunicación de las ONG es trabajar para que las propias organizaciones desarrollen prácticas transparentes y coherentes con los principios que dicen defender. Ello pasa por establecer relaciones con los financiadores y las empresas coherentes con la estrategia de sensibilización e incidencia. Todo ello hace muy necesaria una estrategia comunicativa integral y transversal a los objetivos de la entidad.
Publicar un comentario