Nadie mejor que las mujeres
del Sur para explicar cómo duelen las representaciones y los clixés que hemos
construido sobre pueblos enteros. Como ya hizo antes la novelista nigeriana Adichie Chimamanda, la poeta palestina Rafeef Ziadah convierte su indignación en
lección magistral de periodismo. Redondo y mágico que el vídeo me haya llegado vía @BethsabHuamnA, amiga y escritora peruana.
Muchas mujeres palestinas compartirán la rabia y el dolor de hablar y hablar, y sonreír y sonreír, a tantos periodistas que llegan buscando
su gran historia, su gran reportaje con su buena, o no tan buena, voluntad... y ver que nunca cambia nada. Esas mismas mujeres musulmanas infinitamente más encerradas por los velos mediáticos, que por los de sus cabezas.
Ms.
Ziadah replica fantásticamente a todos aquellos que recortan y modifican la realidad
hasta hacerla pasar por el ojo de la aguja de sus rutinas, formatos y discursos simplistas
y estereotipados que poco o nada ayudan a la resolución el conflicto, más allá
de su permanente visibilidad.
“Dános solo una historia, una historia humana,
queremos hablarle a la gente sobre ti y tu gente” “Tienes que ayudarme como
periodista, a ayudarte a contar tu historia”.
En
cuatro minutos un manual de cómo no tratar a quien quieres re-tratar. No a
todas las víctimas les gusta aparecer como tales y, menos aún, tener que dar
las gracias por quedar reducidas a
historias humanas emotivas, de consumo masivo. Siempre ha faltado esa
asignatura en las facultades de periodismo: la del respeto.
1 comentario:
Magnífica lección.
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