La foto del elefante se ha convertido en un icono, y la monarquía no ha sido la única damnificada.
Hace solo un mes cualquier ONG hubiera presumido de tener una frase así en su web: “Declarada de Utilidad Pública desde su origen y bajo la
Presidencia de Honor de S.M. El Rey D. Juan Carlos I, realiza una amplia y eficaz labor en
favor de la conservación de la naturaleza”. Pero esa frase le ha dado a WWF tres días de infarto. En ese tiempo, 80.000 personas habían firmado la
petición de Actuable para que el Rey dejara de ser presidente honorario de la
ONG. 80.000 firmas, 14.760 seguidores en twitter y 35.000 socios.
Secuencia
tuitera:
Domingo
15 de abril: hay un primer tuit (ahora desaparecido) donde la ONG se limita a
decir que informaran a la Casa Real de los comentarios (van 30.000 firmas en Actuable).
Lunes
16: Llueven las críticas. Comunicado público. "WWF pide una reunión con la Casa Real por el caso de la caza de elefantes del ReyJuan Carlos” (van 60.000 firmas). El comunicado tiene 850
comentarios en la web.
Martes 17:
Ya con los medios encima. Junta extraordinaria y pasapalabra a la asamblea “La Junta Rectora de WWF ha decidido hoy
iniciar el proceso necesario para modificar sus estatutos en relación a las
figuras honoríficas” (van 80.000 firmas).
No
me hubiera gustado estar en la piel de los directivos y responsables de
comunicación de esa casa. Desde la ONG se juzga la situación como espantosa y la espiral puede serlo: presión
en las redes sociales que alimenta la presión de los socios y la presión de los
medios, incluso internacionales. Echar a un Rey no es una decisión que se tome todos los días y supone calibrar muchas cosas. Un
Actuable no pasa por encima de una asamblea de socios, pero no se puede ignorar. Y dar por hecho un movimiento en la opinión pública de calado, como que la monarquía ya no es incuestionable, supone estar bien informado y correr algunos riesgos cuando la base social es amplia y heterogénea.
Las ONG estan acostumbradas a planificar campañas para mover a la opinión pública hacia ellas o hacia sus temas pero... ¿qué hacer cuando es la opinión pública la que viene hacia tí? El Rey le ha montado una ingrata campaña a WWF, pero de cómo la
gestionen pueden sacar más beneficios que de costosas inversiones en marketing.
Las redes sociales rompen los
timings, planes estratégicos y acomodos varios. No había ningún
manual de comunicación de crisis que hubiera descrito un caso así, ni CRM que
valga para valorar el impacto.
De momento WWF ha sabido moverse rápido, con tino y sensatez. Sacar
un comunicado público y convocar una junta extraordinaria en dos días es una
buena respuesta para una ONG sometida a una situación excepcional (a pesar de que no era ningún secreto que el Rey cazaba). Escuchar. Tomar en cuenta. Pero tampoco dejarse llevar por el griterío. Consultar a los socios y mientras llega la madre de todas las
reuniones, a reunir más piezas y a valorar más impactos positivos y negativos. Y a
explicarlos. Y a votar. Y a explicarlo. Actuando como ardillas y no como dinosaurios, que dirían las amigas de SocialCo.
Y
pensar que todavía en algunas ONG se preguntan si las redes sirven de verdad para
cambiar cosas. Que le pregunten a la junta de WWF.
3 comentarios:
Me gustaría creer que no todas las ONG hubieran querido estar bajo la presidencia honorífica de un rey, ni hace un mes, ni ahora, ni en España ni en ningún otro país.
No me gustan mucho los animales, algo más las ONG y nada la monarquía. Y aunque son tres colectivos que parecen tener un destino común (la extinción), solo el primero demuestra tener cierto instinto de supervivencia.
Desde mi punto de vista, WWF, lo único que ha hecho es intentar mantener la equidistancia entre los elefantes y el monarca -cazador-. No me parece ni justo ni ético ni inteligente, mucho menos hábil y desde luego no ha sido una reacción rápida. En esto último estamos de acuerdo, creo.
WWF ha estado durante unos días en el centro de atención -no solo de las redes sociales- sin ser el objetivo de nadie (la campaña de Actuable no iba dirigida contra ellos). Desde mi punto de vista, ha desaprovechado una magnífica ocasión de tomar una decisión justa, popular y de poderla explicar sabiendo que, por una vez, iba a ser oída.
Y ya que nos alejamos de los intereses animales (no son lo mío, definitivamente) me permito cambiar la metáfora de las ardillas y los dinosaurios por una de superhéroes: A WFF le ha pasado como a los Cuatro Fantásticos, tras un accidente de dimensiones cósmicas inesperado, se ha encontrado con la posibilidad de utilizar nuevas habilidades. Pero no ha escogido llegar a todo el mundo, estirándose como el Señor Elástico; tampoco controlar su visibilidad como la Mujer Invisible; ni quemar su rastro como hubiera hecho la Antorcha Humana. Ha decidido ser La Cosa, convertirse en una roca y aguantar el golpe… y vivir su oportunidad como una maldición.
Un desastre.
Desde mi punto de vista el primer error es pensar que tener un presidente honorífico de la casa real va a tener beneficios. Muchas veces sobre estimamos las figuras públicas de este tipo. Por que yo me pregunto: asiste a las reuniones del patronato? Hace sugerencias y propuestas de mejora para la organización? Conoce a la plantilla de la organización? Qué relación tiene con los asociados? Coincide con los valores y misión de mi organización? Vamos, una serie de cuestiones que me parecen clave si vas a designar un Presidente honorífico. O quizás sólo se haga porque en determinados supuestos te permite captar a los medios de comunicación y tener un huequito en las noticias. Es eso realmente lo que deben hacer las ONG?? Consiguen realmente mayor visibilidad social gracias a este tipo cargos? Logran ampliar su base social y asociados? Demasiadas preguntas a las que respondería de forma negativa. Aunque por supuesto cada organización elige lo que quiere ser y quién quiere que le represente.
En otras ONG, las personas directivas se preocupan por tener personas sensibilizadas, personas profesionales, personas que destacan por su conocimiento en la materia porque saben que eso les hará más efectivos y eficientes, y les ayudará a hacer mejor lo que hacen y llegar a más gente. No importa si esa persona tiene 30, 50, 60 años o si pertenece o no a la nobleza/realeza.
Eso sí, una ONG tiene que saber quién y por qué hace lo que hace y saber adaptarse a las realidad. No podría decir si WWF ha reaccionado correctamente o en tiempo, pero desde luego es improbable que me implique como donante o voluntaria en una organización que no es consistente con sus principios y objetivos.
Bonito título...
http://cooperaciong.blogspot.com.es/2012/04/el-rey-y-su-caceria-de-elefantes-pone.html
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